¿Cuánto son 30 litros de concreto?

Normalmente para un ingeniero, el parámetro de peso es una cosa bastante seria. El diseño de un avión, por ejemplo, por supuesto requiere la máxima atención a la minimización de los pesos. Lo mismo ocurre con los diseños en el campo náutico o mecánico: no es posible imaginar a un diseñador de Fórmula Uno pensando que, después de todo, unos kilos más no hacen ninguna diferencia. Esto se debe a que no sólo el rendimiento y el consumo de combustible en estas áreas son muy importantes, sino también porque los materiales utilizados son muy caros, así que el propósito es tratar de usarlos en la menor cantidad posible mientras se explotan al 100%.

Cuando se pasa al mundo de la construcción, extrañamente surge mucho menos atención a este aspecto. Esto ciertamente se debe al hecho de que la mayoría de los artefactos están hechos de hormigón armado, que es un material económico (se obtiene a partir de residuos de la producción de acero con arena, grava y agua y un poco de acero de baja calidad). Por esta razón, se piensa que unas pocas libras de más no representan un desperdicio.

Cuando realizamos una losa con el sistema Nuevo Nautilus, interponemos en la colada de hormigón encofrados plásticos cuyo volumen es igual en promedio a 30-40 litros. Una persona rápida en los cálculos diría que el gasto de dinero para comprarlos, y el tiempo para ponerlos sin duda no vale la pena para el ahorro de hormigón por € 3-4.

¿Pero qué pasa cuando decidimos aligerar una losa? En primer lugar, su peso disminuye en un 25%, lo que significa que, en promedio, los redondos para cemento armado tienen que soportar un 12% menos de esfuerzo, por lo que la tasa de acero puede disminuir en la misma proporción.

No sólo la única estructura horizontal sino también las verticales experimentarán el beneficio de esta ligereza. También se pueden agilizar, y cuanto más alto sea el edificio, mayor será el beneficio. ¿Cuánto? Aún así, un 5-8% menos de material, lo que significa que toda la estructura será aún más ligera. Además, las fundaciones están implicadas, ya que se verán sometidas a un estrés de hasta un 20% menos.

Sin mencionar el análisis modal, que sólo puede aplicarse a casos específicos, es posible afirmar que la fuerza sísmica que actúa sobre un edificio es directamente proporcional a su masa. En consecuencia, 30 litros de hormigón parecen una cosa pequeña, pero en realidad, permiten vivir en un edificio que está menos afectado por los terremotos. Teniendo en cuenta que hay personas que pierden la casa por un terremoto, la decisión de no aligerar para ahorrar 3 € tal vez no es la mejor.

Por último, esos 30 litros de hormigón también tienen un impacto social: el hormigón y el acero tienen que ser producidos y transportados y esto, además de consumir una gran cantidad de energía (en su mayoría no renovable), también produce contaminación y contribuye al aumento de la tasa de CO2 en la atmósfera.

Al final, 30 litros de hormigón cuestan mucho más que 3 euros. Son 30 litros de hormigón que, multiplicados por los millones de edificios construidos cada año, ayudarían a dar a nuestros hijos un futuro mejor.

En general, vale la pena reflexionar.